Pues vas a tener que perdonarme nuevamente, Siloé, porque en 1931 no había tren desde Hortigüela hacia Madrid, simplemente porque no existía la línea férrea Burgos-Madrid, por lo que si el claustro tuvo que llegar a la capital por esa vía, como parece ser que no podría hacerse de otra manera consecuencia del desmesurado volumen del transporte, únicamente lo habría hecho desde Salamanca o por Vitoria, lo que me permite de nuevo hacer uso de la noticia que transmitiste del Heraldo de Madrid, publicada en el nº 14.223 del día 2/9/1931. Para ello introduzco el texto completo para su análisis, pues un nuevo hilo nos conduce hacia nuestra proposición de desvelar la procedencia del claustro de Palamós, a través de la persona relacionada en Vitoria con el expolio de esa "desconocida" iglesia de la archidiócesis burgalesa. Dice así:
El Heraldo de Madrid, 2/19/1931 escribió:
VITORIA 2. — Es objeto de toda clase de comentarios el hallazgo de más de cien cajas perfectamente embaladas procedentes de Burgos, que contienen piedras labradas de indudable mérito arquitectónico por pertenecer al arte románico, correspondientes, según se cree, a una iglesia del mismo estilo.
La noticia que publicamos en nuestra edición de ayer, dando cuenta de este hecho escandaloso, ha sido corroborada por el gobernador civil, que ha facilitado una nota oficiosa en la que dice que la autoridad competente registró el almacén de un conocido anticuario, comerciante de objetos de culto, establecido en Vitoria, hallando más de cien cajas, perfectamente embaladas, procedentes de Burgos. Abierta una de ellas, vio que contenía un bloque de piedra, al parecer de alguna iglesia románica. Puesto el hecho en conocimiento del delegado de Bellas Artes de Vitoria y Burgos y del director general del ramo, y por orden de éste, se procedió a la incautación de las cajas mencionadas, sellándolas convenientemente, quedando los capiteles, columnas, bóvedas y demás materiales artísticos a disposición del director general.
Por noticias particulares sabemos que las cajas iban consignadas al puerto de El Grao (Valencia), sin duda para ser embarcadas para América. Se dice que la venta la había hecho la Mitra de Burgos a los potentados yanquis.
En los almacenes donde se ocuparon las cajas, del comerciante de la calle de Dato Pedro Ruiz, se personó el gobernador civil con el delegado de Bellas Artes y un agente de Vigilancia.
El Sr. Ruiz fué requerido para que dejase en suspenso el envío de las cajas, de las que se incautó el gobernador, levantándose la oportuna acta. Se procedió a la apertura de algunas, comprobándose contenían algunos capiteles de estilo góticorrománico, de los que se hicieron varias fotografías, que han sido enviadas a Madrid a la Dirección de Bellas Artes.
Por orden de ésta, las cajas quedarán provisionalmente en Vitoria, hasta que se determine el lugar en que han de quedar depositadas. Desde luego, está descartada la posibilidad de que puedan volver a Burgos.
Han venido a comprobar este hecho y otros aislados la presencia en el País Vasco de agentes comisionados para adquirir joyas de arte, constando que a cierta personalidad vitoriana se la requirió para que vendiera una arqueta de su propiedad, de gran valor artístico, a cuya personalidad no se recataron los agentes de manifestarle que habían hecho otras compras análogas en Burgos.
El caso es que en el nº 161 de Berceo. Revista riojana de Ciencias Sociales y Humanidades; publicada durante el 2do. semestre de 2011 en Logroño, nos permite profundizar en la persona del anticuario Pedro Ruiz, quien en 1918 aparece documentado en la catedral de El Burgo de Osma como “fabricante de ornamentos de iglesia”, si bien parece que sus intenciones eran muy claras: hacerse con antigüedades del templo, como así evidencia la documentación capitular: “…ofrecía en venta a la Catedral dos ternos de terciopelo, uno negro y encarnado el otro, con la advertencia de que si el Cabildo no juzgaba oportuno distraer fondos para la adquisición de dichos ternos, admitiría como pago algunos objetos de arte antiguo que la Catedral posee y que dicho Sr. especificaba en el escrito*. Unos años después, en 1927, sería su hijo, Raimundo Ruiz, el que se presentaría nuevamente ante los capitulares de El Burgo de Osma con el propósito de negociar con los tesoros de la catedral**.
Pero hay más... La familia de Pedro Ruiz y la de Gómez Moreno se muestran indirectamente relacionadas en este artículo de Berceo, además de por el extenso muestreo fotográfico, porque parte de algunas obras expuestas en el Cloister, proceden de expolios realizados directamente por el anticuario alavés y que son de las que Carmen Moreno era la conservadora en el museo neoyorquino... (continuará).
Citar:
NOTAS:
*ACBO [Archivo de la Catedral de Burgo de Osma]. Libro de Actas Capitulares, 5 enero de 1911- 22 diciembre de 1919, Cabildo ordinario 2 de diciembre de 1918, p. 168 v.
**nota al pie nº 51 del nº 161 de Berceo. Revista riojana de Ciencias Sociales y Humanidades; publicada durante el 2do. semestre de 2011 en Logroño “1ª propuesta: a cambio del terciopelo del dosel viejo (20 metros aproximadamente) y los 29 metros de terciopelo encarnado de que se habla en la sesión anterior, el Sr. Sopeña entregará cuatro mil pesetas y un dosel de pana inglesa, 2ª por la ropa antigua de terciopelo encarnado con bandas y capillo de imaginería dará 3.000 pesetas, 3ª pagará tres mil quinientas pesetas por dos imágenes, una de Santa Catalina, de San Jorge otra, y un pequeño fragmento de retablo de madera” ACBO, Libro de Actas Capitulares 1920 a 1928, Cabildo extraordinario 20 de diciembre de 1926, p. 187 v.