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Atiendo mi compromiso de entrada asumiendo que el claustro de Gerona es autentico, lo que cada vez me cuesta más creer, y expongo de inicio que no se podrá llegar nunca a una conclusión definitiva sin trabajar inductivamente, en este caso sobre los datos relacionados con la operación de compra del claustro, más propio de un Ian Gibson o de un investigador de tesis que de una exposición en este foro. No obstante, lo que nos dice el autor del artículo es que el claustro se compró en Madrid en los años 50 del siglo XX y que estaba embalado en cajas. En los años 50 este pais vivía una muy dura época postbélica (lo recuerdo porque yo nací un poco antes…) en la que realizar tal compra debió de tener determinadas autorizaciones y en la que el comprador debió tener dinero e influencia. Cuesta creer que el socio eclesiástico del régimen admitiese desprenderse de claustro semejante y cuesta creer que el líder del turno largo bendijese el traslado de tal maravilla almacenada en Madrid, probablemente procedente de zonas castellanas a su querida Cataluña. Si el claustro fuese auténtico debieron pasar muchas cosas. Por otra parte, el hecho de estar embalado puede corresponder a tres razones, que estuviese preparado para ser vendido ya con anterioridad, que hubiese sido embalado para protegerlo de la guerra y que con la venta al gerundés se estuviese abortando una operación de expolio ante la que el sector público no podía hacer frente por falta de recursos. Si fuese auténtico y se hubiese querido preservar de los desastres bélicos la Iglesia habría puesto el grito en el Cielo, además de constar en algún sitio el anterior desmantelamiento, cosa que no ocurre hasta donde sé. Estamos pues en un magnífico claustro, desmantelado recientemente sin ruido, custodiado en Madrid y vendido a particulares. Esto nos lleva necesariamente a dos datos, que el propietario no era la Iglesia y que su ubicación original no estaba lejos de Madrid, lo que por otra parte coincide con la necesaria ubicación en zona artística de influencia silense. El claustro, de propiedad privada antes de su venta, previsiblemente desamortizado, levantado en el último cuarto del siglo XII, tenía más que influencia silense. Para copiar los capiteles o los cimacios tanto del primero como del segundo maestro de Silos, como nos dice el autor del descubrimiento, el maestro cantero/escultor debió estar bastante tiempo y en bastantes ocasiones en el claustro silense contando con todos los parabienes de la abadía, perdón, del monasterio. Es decir, Silos estaba a favor de la copia. Esto descarta que el monasterio (o catedral) fuese cisterciense, por principio filosófico, pero también que fuese cluniacense, porque cuando se está haciendo esta copia las relaciones entre Silos y los cluniacenses están tan deterioradas que el Beato ha incorporado ya su infierno aojando a los de Cluny como nos indican la Franco y Yarza. Entre las pertenencias del monasterio de Silos encontramos San Frutos del Duratón, además de un Monasterio de San Martín en Madrid y el Monasterio de San Cucufate en Quintana de Pidio. En el primero no encaja por falta de espacio y los otros dos, además de modestos, desaparecieron mucho antes de que se embalasen las cajas. El monasterio en cuestión del que proceda el claustro considerada, supuesta su autenticidad, debe ser de otra orden, actualmente existente sin claustro, de propiedad particular actual (salvo escándalo) y ubicado en zona de influencia silense. Y si esto es correcto, el candidato más firme en mi opinión, en este momento, es el Monasterio de Santa Cruz de la Zarza, en Ribas de Campo, provincia de Palencia, aunque no descarte una segunda opción ubicada en Ayllón, Segovia. Saludos
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