Hola a todos
El otro día, con mucho cariño, José Ramón de Ejea, al dar la noticia del viaje de Círculo Románico a Ejea, recordaba estas palabras escritas por mí:
Citar:
“Hay temas en el Románico que exigen un rigor formal y académico. En el fondo, el Románico es el arte europeo que mejor expresa la espiritualidad del hombre. Sin embargo, esta expresión determinada de la fe cristiana pasa por conceptos de teología y de filosofía teológica.”
Pongamos un ejemplo de lo que siempre he querido decir con estas palabras. Como otras veces ya he comentado, siempre me ha llamado poderosamente la atención esta magnífica iconografía:
de un Pantocrátor con un Tetramorfos al que se le añade un discipulario que condiciona la colocación de la representación iconográfica de los Vivientes.
Sólo dos de los doce discípulos están de rodillas y, además, se les connota sosteniendo sendas representaciones de Vivientes: el león y el águila.
Lo del águila es fácil de interpretar, ya que permite identificar que el discípulo que está arrodillado sosteniendo este símbolo a la derecha del Pantocrátor no es otro que San Juan Evangelista.
¿Qué hace y quién es el otro discípulo colocado a la izquierda? Sostiene el león que representa a San Marcos. ¿Quién puede ser este discípulo así connotado? Sólo uno, San Pedro. Sí, estamos ante una representación de San Pedro sin las llaves. Para reconocerlo, se le coloca con el símbolo del león, San Marcos.
¿Por qué?, os podéis preguntar. Según la tradición cristiana, San Marcos no sólo fue un discípulo privilegiado de San Pedro, sino que llegó a ser una especie de secretario del propio San Pedro; es decir, un hombre de confianza.
Ya sé que podéis pensar que es una prueba con poco fundamento. Pero, ¿qué pensaríais si os digo que, para la tradición cristiana, San Pedro fue el verdadero inspirador del evangelio de San Marcos, de tal manera que este evangelio vendría a ser como una síntesis de las predicaciones del propio San Pedro?
¿Qué ocurre entonces? Que tenemos una simbología que vendría a decir: así como el evangelio del águila está basado en las palabras de San Juan Evangelista, el de San Marcos lo está en las de San Pedro.
¿Me pregunto cuántos fieles de aquella época podrían interpretar que ese discípulo que estaba arrodillado a la izquierda del Pantocrátor y que sostenía el símbolo del león correspondía a la representación iconográfica de San Pedro?
Supongo que estaréis conmigo en que es más fácil reconocer, con un simple vistazo, a San Pedro si está connotado con las llaves.
Además, esta distribución buscada ha hecho alterar la colocación más tradicional de los cuatro Vivientes que componen un Tetramorfos. Por lo tanto, nos encontramos ante una realización artística realizada en clave teológica y con una intencionalidad buscada, la de equiparar en sabiduría teológica a San Pedro con San Juan. Si San Juan escribió un evangelio, San Pedro inspiró otro. A cosas como esta me refería.
No seré yo el que ponga en duda que las cámaras fotográficas actuales nos ayudan mucho en el correcto entendimiento del arte románico, pero todavía es la mirada del hombre la que continúa conduciendo, como en el siglo XII, hacia la interiorización de su simbología espiritual. Ya callo.
Un abrazo a tod@s