Eadan, como tú conoces muy bien, el término de prosginesis tiene que ver con el hecho de que se pudiese utilizar la versión griega del Nuevo Testamento. Así, proskinesis signigica adoración. Y, entonces, la iconografía se abre a representaciones plásticas como esta:
Se trata de la Abadia de Fleury, en Saint Benoit sur Loire, Francia. Ahora, un poco de lecutra para ayudar en el desarrollo del tema.
La palabra castellana adoración, del latín adoratio (adorare, gesto de acercar lα mano a la boca para enviar el beso), pertenece al lenguaje religioso universal y expresa tanto el culto que se debe a Dios (culto de latreía: adoratio) como los actos, fórmulas o gestos mediante los cuales se realiza (v.gr. proskynésis, postración, traducida igualmente por adoratio).
1. EN EL A.T.: La adoración se denomina histahawah y sagad (proskynésis en los LXX), que aluden a la inclinación corporal "hasta el suelo" (Gén 18,2; 33,3; etc.). Se dirige al Dios verdadero (Gén 22,5; Ex 4,31; Dt 26,10) y a los ángeles del Señor que lo representan (Gn 18,2; 19,1; etc.). Pero a veces también a los ídolos (Ex 20,5: la prohibición del primer mandamiento divino; Dt 4,9; 1 Re 22,54; Is 2,8; etc.) e incluso a los hombres (Gn 23,7.12), reyes (1 Sam 24,9), profetas (2 Re 2,15; 4,37) etc., gesto prohibido más tarde (Est 3,2.5). La adoración va acompañada de sacrificios (Dt 26,10; 1 Sam 1,3), de cantos (2 Par 29,28; Eclo 50,16-18) y exhortaciones (Sal 95, 6ss.). El sentido profundo de la adoración es el reconocimiento de la grandeza de Dios (Sal 99,2.5.9). Al final de los tiempos todos los pueblos se postrarán en su presencia (Is 2,3ss.; Sal 22, 28; 66,4; etc.).
2. EΝ EL N.T.: Los verbos proskynein y píptein (proeídere y adorare, postrarse y adorar), a menudo juntos, forman parte de una colección de más de treinta vocablos que se refieren al culto, como eulábeia (reverentia), curébeia (pietas), latreía (servitus), dóxa (gloria), leitourgía (ministrium), etc. La adoración sólo puede darse a Dios (cf. Mt 4,10; 1 Cor 14,25; Heb 11,21; Ap 4,10; etc.), aunque se otorgue sacrílegamente a los ídolos o a Satán (cf. Mt 4,9; He 7,43; Ap 13,4.8; etc.). Pedro y el ángel del Apocalipsis rechazan la adoración (He 10,26; Ap 19,10; 22,9).
Pero la novedad más importante que ofrece el N.T. respecto de proskynein es la de tener como término de ella a Jesús, el Señor (Flp 2,6-11; cf. Is 45,23-24; Heb 1,6; cf. Sal 97,7; Dt 32,43). La adoración a Jesús da a entender que es el Rey Mesías (Mt 2,2), el Señor (Mt 8,2), el Hijo de Dios (Mt 14,33) a quien se invoca para obtener la salvación (Mt 8,2; 9,18; Mc 5,6-7) y a quien se confiesa como tal Un 9,38), sobre todo desde la manifestación del poder de la resurrección (Mt 28,9.17; Lc 24,52; Jn 20,28; cf. He 2,36; Rom 1,4).
La adoración, pues, es un gesto religioso por el que el hombre demuestra quién es su Dueño y Señor (Αρ 14,7). En sentido absoluto proskynein significa participar en el culto, hacer oración, adorar, y afecta también al lugar donde se manifiesta la presencia de Dios, como Jerusalén (Jn 12,20; He 8,27; 24,11). La cuestión que la samaritana planteó a Jesús se refería al lugar de culto (Jn 4,20), pero la respuesta, en la perspectiva de la novedad de la "hora" de la glorificación de Jesús, habla de la única adoración posible ya, la adoración "en el Espíritu y en la verdad" (Jn 4,23-24), es decir, bajο la acción del Espíritu Santo y en el interior del templo nuevo (Jn 2,19-22; 7,37-39; Ap 21,22), en la verdad que es el mismo Jesús (cf. Jn 14,6; 8,32)'. Esta realidad condiciona para siempre la noción de adoración y se encuentra en la base de la liturgia cristiana. (Tomado del artículo
Adoración, en
http://www.mercaba.org)
Espero que sirva para ayudar a aclarar un poco más las cosas.