Hola a todos
Hoy, toca iniciar viaje. Por eso, durante unos días, no acudiré a la cita diaria de este foro. Pero, volveremos. Antes de nada,
¡Feliz año nuevo!.
Y, en un día como el de hoy, quiero repasar viejas ideas sobre el ideal del
peregrino. De entrada, en este tema, es bueno distinguir dos figuras, el
peregrinus y el
pellegrino diferenciadas, al menos, en los inicios del cristianismo medieval:
Citar:
“Una característica de este monacato irlandés o celta es la peregrinación, la cual hay que distinguirla del pellegrinatio. El pellegrino sería el caminante piadoso que, después de visitar los santos lugares, regresa a su patria. El peregrinus, sin embargo, es otra cosa. La Antigüedad cristiana conocía el ideal ascético del ser sin patria. Se trataba de la renuncia voluntaria a la comodidad de una morada fija rodeado de compatriotas, para caer en la cuenta de que la patria verdadera es la celeste.”
(La iglesia occidental en torno al año 700, Mercaba.org)

Iconografía en el templo de San Pedro y San Pablo, en Rock, Northumberland, Inglaterra.
Citar:
“Una de las características del monaquismo irlandés es la famosa peregrinación por el amor de Dios. No se trata de una peregrinación en el sentido actual del término, ni siquiera en el sentido que se le atribuía en el siglo XII, de viaje hacia un santuario determinado. El monje es un exiliado voluntario, un auténtico viajero. Deja todo para vivir el amor de Dios, en cualquier lugar… Es ése un motivo típicamente céltico que se encuentra en las viejas epopeyas, también en la historia de Tristán e Isolda, y por supuesto en las leyendas referentes a santos irlandeses o bretones que llegan a Armórica en pilas de piedra.”
(Jean Markale, El cristianismo celta, Orígenes y huellas de una espiritualidad perdida.)
O escrito de otra manera:
Citar:
-Llegaremos a nuestra Teofanía, a nuestra Theosis, a nuestra manera especial de ser en Dios. Este es el programa iconográfico de las esculturas que adornan las dos portadas de Biota.
-Magister, con el paso del tiempo, ¿los hombres las entenderán?
-Con el paso del tiempo, los hombres no creerán en Dios.
-¿Por qué dices esto? Es un comentario muy duro y muy triste.
-Cuando una sociedad está harta, cuando tiene cubiertas todas sus necesidades materiales, cuando ya no es pobre, esa sociedad ya no necesita jamás a Dios.
-¿Por esta causa, la vieja tradición nos anima a ser peregrinos en esta vida y a no acumular riquezas?
-Sólo el que sabe y cree que está de paso en esta vida, siente la necesidad de buscar siempre a Dios y, además, es capaz de reconocerlo en un niño pobre.
-Magister, pensamos de manera muy diferente a los obispos de Zaragoza y de Pamplona. Aquí ya no encajamos.
-Ya te lo he dicho. No encajamos no por nuestras ideas sino porque tenemos propiedades que les interesan. Las ideas, si están lejos de Roma, no son un problema. El problema nace de la avaricia, el gran pecado.
-El único pecado en todas partes.
-Tienes razón, en todas las tierras. Fíjate, recientemente, me han llegado noticias de las islas en las que nací y me crié. Me han contado que los cistercienses, los monjes blancos, están haciendo todo lo posible para quedarse con las últimas propiedades de la vieja tradición Culdee de la que los adoradores somos deudores.
(De la novela Los traductores del Arba)
Nos encontramos al regreso, pero ya en el 2017.
¡Que todo os vaya muy bien en el año nuevo!Un abrazo a tod@s