Hola a todos ¡Vaya aluvión de preguntas!
Intentaré explicarme un poco. En este relieve, no existe una mención directa, iconográficamente hablando, a la tercera persona de la Trinidad, el Espíritu Santo, porque el teólogo redactor parece estar hablando en clave histórica salvífica y no teológica sistemática. Dios, aunque trino, no se puede dividir; sin embargo, a nivel de comprensión de la fe, los cristianos han utilizado cada una de las personas de la Trinidad para hablar de Eras históricas. Hasta el momento de la crucifixión, se habían producido dos: la del Padre y la del Hijo, ya que falta el momento más importante para la fe de un cristiano, el de la Resurrección de Cristo. Según el redactor de esta iconografía, en el momento de la crucifixión, se está produciendo la segunda Era; por eso, el Espíritu Santo no aparece representado iconográficamente.
Para los cristianos, la Era del Espíritu Santo empezó en Pentecostés. Pero, no para todos, tal como es el caso de la teología de Joaquín de Fiore, quien pensaba que la Tercera Era, la del Espíritu Santo, se iniciaría en 1260, una fecha marcada tanto por el evangelio de San Mateo como por el Apocalipsis.
También me preguntan por más detalles iconográficos. Hay uno que me sorprendió al leer a Eadan, la representación tan expresiva del llamado “Eclipse de la crucifixión.” ¿Qué se explicaba de este acontecimiento todavía en el siglo XVI?:
"Y esta oscuridad surgió de un eclipse de sol, tal como nos lo narra San Lucas: «Se eclipsó el sol» , dice. Pero aquí se presentan tres dificultades. En primer lugar, un eclipse de sol ocurre en luna nueva, cuando la luna está entre la tierra y el sol, y esto no puede haber sucedido en la muerte de Cristo, porque la luna no estaba en conjunción con el sol, como ocurre cuando hay luna nueva, sino que estaba opuesta al sol como en la luna nueva, pues la Pasión ocurrió en la Pascua de los judíos, que, según San Lucas, estaba en el día catorce del mes lunar. En segundo lugar, incluso si la luna hubiese estado en conjunción con el sol en el momento de la Pasión, la oscuridad no podría haber durado tres horas, es decir, desde la sexta hasta la nona, pues un eclipse de sol no dura tanto tiempo, especialmente si es un eclipse total, cuando el sol está tan escondido que su oscuridad es llamada tinieblas. Pues dado que la luna se mueve más rápido que el sol, según su propio movimiento, oscurece la superficie entera del sol por un periodo breve solamente, y, estando el sol constantemente en movimiento, mientras la luna se aleja, empieza a dar su luz a la tierra. Finalmente, no puede ocurrir jamás que por la conjunción del sol y de la luna la tierra entera quede en tinieblas, Pues la luna es más pequeña que el sol, incluso más pequeña que la tierra, y por lo tanto por su interposición no puede la luna oscurecer tanto al sol como para privar al universo de su luz. Y si alguien sostiene que la opinión de los Evangelistas se refiere solamente a la tierra de Palestina, y no al mundo entero absolutamente, es refutado por el testimonio de San Dionisio el Areopagita, quien, en su Epístola a San Policarpo, declara que en la ciudad de Heliópolis, en Egipto, él mismo vio este eclipse del sol, y sintió estas horrorosas tinieblas.” (San Roberto Belarmino, Sobre las siete palabras pronunciadas por Cristo en la Cruz, BEC, Biblioteca electrónica cristiana)
¿Se conocía esa tradición en la Edad Media? “Eclipsis solis lunae redeuntis eo Insolito cursu sideris umbra fui”
Son dos versos del poema de Eriúgena De Christo crucifixo.
Por eso, me llamó poderosamente la atención la manera de expresar el dolor del sol y la luna en este relieve. Un abrazo a tod@s
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