Primero quiero agradecer a JIR el magnífico seguimiento que está haciendo de este tema, y solicitarle -si lo tiene a bien- nos sirva ampliar la información sobre el 'descubrimiento' de Stephaton.
Volviendo a los capiteles, mi impresión al respecto de la simbología en general de estas esculpiciones y otras, es que no se sujetan a un relato estricto del texto, sino que cada escena pudo ser concebida, sometiendo la visión del escultor entre la interpretación de los relatos y leyendas del mundo 'real', y el concepto que el redactor teólogo de turno le transmite para su interpretación.
Seguimos pues con el capitel -conocido hasta ahora como el de Pedro- del viejo claustro de Pamplona:

Descripción iconográfica:
A la izquierda del capitel, una figura sedente masculina aparece rodeada de floresta y con una enorme llave colgada de su muñeca izquierda. Parece increpado por la Magdalena, que todavía porta el frasco de los ungüentos; mientras, el personaje en cuestión, muestra las palmas de las manos hacia afuera. Contemplan sorprendidos la escena, otros dos personajes situados tras María, uno joven y otro viejo que sujeta una especie de cortinjaes en su mano derecha. La interpretación oficial sostiene que el personaje de la llave es Pedro, la fémina, María Magdalena con el frasco de los ungüentos, y en segundo plano dos de los discípulos, uno de ellos, el más jóven, Juan.
Más de manera particular, no encuentro una explicación por la que Pedro aparezca connotado como un
greenman, rodeado de una especie de féretro de floresta. Es necesario que leamos un párrafo de texto del evangelio de Juan, referido al
noli me tangere, que se antoja como más coincidente, con la descripción de Cristo resucitado:
JUAN 20:11-23 escribió:
Jesús se aparece a María Magdalena.
11 Pero María estaba fuera llorando junto al sepulcro; mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro, 12 y vio a dos ángeles con vestiduras blancas, que estaban sentados el uno a la cabecera y el otro a los pies, donde el cuerpo de Jesús había sido puesto. 13 Y le dijeron:
—Mujer, ¿por qué lloras?
Les dijo:
—Porque se han llevado a mi Señor y no sé dónde lo han puesto.
14 Dicho esto, se volvió y vio a Jesús que estaba allí; pero no sabía que era Jesús. 15 Jesús le dijo:
—Mujer, ¿por qué lloras? ¿A quién buscas?
Ella, pensando que era el jardinero, le dijo:
—Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto y yo lo llevaré.
16 Jesús le dijo:
—¡María!
Volviéndose ella, le dijo:
—¡Raboni! —que significa: «Maestro».
17 Jesús le dijo:
—¡Suéltame!, porque aún no he subido a mi Padre; pero ve a mis hermanos y diles: “Subo a mi Padre y a vuestro Padre, a mi Dios y a vuestro Dios.”
18 Fue entonces María Magdalena para dar a los discípulos la noticia de que había visto al Señor, y que él le había dicho estas cosas.
Y de la misma manera que en Ratisbona...
Juan 20 escribió:
Reina-Valera 1995 (RVR1995)
La resurrección
1El primer día de la semana, María Magdalena fue de mañana, siendo aún oscuro, al sepulcro, y vio quitada la piedra del sepulcro. 2 Entonces corrió y fue a Simón Pedro y al otro discípulo, aquel a quien amaba Jesús, y les dijo:
—Se han llevado del sepulcro al Señor y no sabemos dónde lo han puesto.
3 Salieron Pedro y el otro discípulo y fueron al sepulcro. 4 Corrían los dos juntos, pero el otro discípulo corrió más aprisa que Pedro y llegó primero al sepulcro. 5 Y, asomándose, vio los lienzos puestos allí, pero no entró. 6 Luego llegó Simón Pedro tras él, entró en el sepulcro y vio los lienzos puestos allí, 7 y el sudario, que había estado sobre la cabeza de Jesús, no puesto con los lienzos, sino enrollado en un lugar aparte. 8 Entonces entró también el otro discípulo que había venido primero al sepulcro; y vio, y creyó, 9 pues aún no habían entendido la Escritura: que era necesario que él resucitara de los muertos. 10 Y volvieron los discípulos a los suyos.
Las palmas de la mano en la fotografía de JIR, no muestran vestigios de la crucifixión, aunque en una de ellas se intuya alguna muesca, o que de haberlas -si las hubo-, especulo que pudieran haber sido pintadas. No obstante se hace necesario releer un pequeño fragmento, al respecto de la interpretación que la Doctora Alicia Miguélez Cavero dictamina para situaciones análogas en GESTO Y GESTUALIDAD EN EL ARTE ROMÁNICO DE LOS REYNOS HISPANOS: LERCTURA Y VALORACIÓN ICONOGRÁFICA, Tesis Doctoral publicada por Círculo Románico (ver también en Hemeroteca):
El Cristo representado en el fol. 24r del sacramentario de san Esteban Lemovicensis muestra ambas palmas de las manos a la altura del pecho...Pag 167

Desde ese punto de vista, estos pasajes dejan entreveer la figura de Cristo como el jardinero de la narración, mejor que la de Pedro, a pesar de la llave esculpida en aquella faceta del capitel del descendimiento y de la resurrección, actualmente en el Museo de Navarra,, donde las palmas de las manos vueltas también significarían el
noli me tangere, a la vez que Juan, a quien señala la Magdalena en el capitel, nos hablará en el apocalipsis de esa llave, refiriéndose a Jesús:
«No temas. Yo soy el primero y el último, 18 el que vive. Estuve muerto, pero vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades. 19 Escribe, pues, las cosas que has visto, las que son y las que han de ser después de éstas. 20 Respecto al misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candelabros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candelabros que has visto son las siete iglesias. Apocalipsis 1:17-20
En mi modesta opinión, este capitel debe de ser reinterpretado acorde a las premisas dadas.
NOTA: Obsérvense las perspectivas inversas de los pulgares de las manos de Cristo.